Ya está. Gallego, el técnico con más consenso en la gente, volvió a Independiente. Y ahora todos, pero todos, debemos apoyarlo para que de una vez por todas se encamine la cosa en lo futbolístico y se terminen los papelones. Arranca con Lanús (una cancha difícil para el Tolo), el mismo equipo que marcó el punto inicial del campeonato del 2002. Se renovó la esperanza de volver a pelear cosas importantes con un plantel que nos dio más sinsabores que alegrías, a pesar de la victoria ante Boca. Se lo notó contento, distendido y metido de lleno en este proyecto. Sabe bien que empezar con un triunfo lo colocará en la lucha del torneo, casi impensado para la gran mayoría de la familia roja. Igual, todos los cañones se apuntan al gran equipo de la 09/10, con refuerzos de categoría y dejarán de venir los rellenos de las últimas temporadas. Lo que sí debe terminarse es el conventillo de las últimas semanas. Lo de Reinoso y, ayer, lo de Cáceres. Es que desde la creación del Consejo de Fútbol, que dicho sea de paso fracasó, hay problemas de todo tipo. Queremos que el club vuelva a ser una isla de paz por mucho tiempo y que sólo se hable de los logros.
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